Radio 99

domingo, 26 de diciembre de 2021

¿Para qué sirve el cuaderno de control?

 

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¿Para qué sirve el cuaderno de control?

Gracias al cuaderno de control o agenda escolar los padres de familia se familiarizan con las actividades de sus hijos en el colegio.

EL CUADERNO DE CONTROL Y EL CONDICIONAMIENTO EN LOS PROFESORES

 

El cuaderno de control llamado también por algunos Agenda escolar, tiene un uso especial en los alumnos, este le sirve para anotar:
-  tareas y/o actividades dejadas durante el día,
- materiales solicitados para un día especial,
- fechas de exámenes y/o entrega de trabajos,
-  citaciones para los padres de familia,
- números de teléfonos y correos electrónicos,
- justificación de una inasistencia,
- etc.

El problema pedagógico radica cuando este recurso toma un uso inadecuado por parte de los maestros. Primero, lo correcto es llamarlo Agenda Escolar, porque en él, el alumno anotará todo lo concerniente a su labor en el aula, no debemos llamarlo Cuaderno de control porque no sirve para controlar a los alumnos, ese juego de palabras es dañino.
A la vez muchos docentes (la gran mayoría) lo usan para controlar la disciplina en el aula es decir a falta de recursos pedagógicos recurren a la Agenda escolar para amedrentar a los alumnos con la famosa frase “SI TE SIGUES PORTANDO MAL VOY A AVISAR A TUS PADRES”. Los docentes no se dan cuenta del gran problema en que se meten, ya que el alumno percibe que el profesor esta pidiendo ayuda externa a gritos, esto es peligrosa para el autoestima docente y a su autoridad y liderazgo.
El docente debe buscar formas diferentes e innovadoras para controlar el desorden, la indisciplina, el malestar, la desmotivación en el aula; debe cuestionar cada día su labor anotando los errores que le ocurren cada día y tratando de no cometerlos nuevamente (no volver a tropezar con la misma piedra). Ante un problema de indisciplina el docente debe probar con una solución, si esta no resulta deberá seguir intentando pero siempre viendo el Pro y el Contra de cada una de estas.


Esta situación  hace recordar a la teoría psicológica del CONDICIONAMIENTO, donde a partir de una serie de experimentos con perros, estos relacionaban el alimento con el sonido de la campana. Cada vez que le servían comida a los canes lo hacían acompañados del sonido de la campana, al repetir esta situación el perro estaba condicionado, es decir con el solo sonido de la campana  lo relacionaba al alimento y empezaba salivar. 


Buscando una similitud al uso equivocado de la agenda escolar sería de la siguiente manera:
El docente ante una indisciplina solicita a los alumnos su Agenda escolar para anotar la falta, esto lo hace reiteradamente; entonces cuando vuelva a ocurrir una indisciplina él estará CONDICIONADO a pedir la Agenda. El docente sería la mascota, la indisciplina sería el sonido de la campana, y la Agenda Escolar sería el alimento. Esto es muy grave ya que el docente no estaría buscando nuevas salidas a los problemas que se le presenta y hace predecir que  su actuar  siempre será  así.
Recomendamos por lo tanto que:
- Los docentes le den el uso adecuado conjuntamente con los alumnos a la Agenda escolar
- La Agenda escolar no es un instrumento para acusar al alumno
- Tratar de hacer entender a los alumnos que la indisciplina es perjudicial para el desarrollo de la lección.
- Ante una indisciplina probar formas diferentes para detenerla
- Frenar al instante el mas mínimo indicio de indisciplina
- Cuestionar acerca de su labor pedagógica porque también podemos suponer que el problema no son de los alumnos también puede ser de una lección mal planificada.
- Es más fácil que una persona de más de 30 años se adapte a unos adolescentes que un adolescente se adapte a una persona de más de 30 años.
- La indisciplina ocurre mayormente en aulas donde el aprendizaje se ha vuelto aburrido y cansado, por lo tanto es deber del maestro hacerse una autoevaluación y detectar potencialidades y debilidades.

Para terminar, los docentes no debemos ser como las mascotas de la experimentación del CONDICIONAMIENTO, deben convertirse en cuestionadores  e investigadores de su práctica educativa, y no olvidemos que para toda reacción hubo antes una acción.

 

https://rpp.pe/campanas/branded-content/para-que-sirve-el-cuaderno-de-control-noticia-989159 

Vladimir Carrión Ramos

LAS 10 TRIBUS URBANAS DEL SIGLO 21 EN LA ESCUELA:

 Los adolescentes de la ciudad de Lima buscan formar grupos y  se da sin que ellos se den cuenta, mayormente se da por afinidad hacia un gusto en común. A continuación te presento las 10 tribus urbanas más populares dentro de una escuela:

1. LOS OTAKUS: Esta tribu agrupa los seguidores de los animes y mangas japoneses, coleccionan todo sobre ello, siendo su punto de encuentro el Centro Comercial Arenales de la ciudad de Lima. En su mayoría se caracterizan por tener muy buenas notas y ocupar los primeros puestos, siguen las reglas al pie de la letra.
2. LOS ROCKERS: Agrupa a los fanáticos del rock and roll, sus gustos pueden ir desde escuchar Soda Stereo hasta Metallica pasando por el pop británico como Blur y Oasis. Sus seguidores en su mayoría tienen notas regulares, son los típicos alumnos prácticos, aquellos que rompen las reglas en forma inteligente, es decir no se ganan problemas con los profesores y saben qué hacer para no desaprobar un curso, no les interesa ser los primeros puestos. Se puede decir que son cuestionadores escondidos.
3. LAS K-POP: Agrupa a estudiantes fanáticas de grupos de música de Pop Coreano, telenovelas provenientes del continente asiático. Son las típicas soñadoras, aquellas que admiran a los galanes de ojos rasgados. Sus calificaciones en su mayoría son regulares a buenas. Se relacionan muy bien con los OTAKUS.
4. LOS PELOTEROS: Se caracterizan por hablar todo el tiempo de futbol, el peligro radica en que muchos pueden caer en las peligrosas barras bravas. La gran mayoría de sus seguidores tienen bajas calificaciones.
5. LAS BELIEBERS: Agrupa a estudiantes femeninas fanáticas de Justin Bieber, One Direction y cualquier otro grupo de POP ANGLOSAJON. Se llevan mal o tienen poca relación con el sexo opuesto, ya que todos los chicos les parecen feos a menos que se parezcan a sus ídolos . En su mayoría tienen notas regulares a bajas. La distracción es la principal culpable.
6. LOS HIP HOPEROS: Se pasan todo el día rapeando e improvisando letras musicales, en especial de protesta o burla. Son pocos dentro de la escuela, están creciendo lentamente. Su punto flojo es que tienen bajas calificaciones o quieren aprobar como sea.
7. LOS GAMERS: Su fanatismo por los videos juegos los hace presa fácil de tener bajas calificaciones o repetir de año. Agrupa a los seguidores de los Play Station, Fornite,  Dota, los juegos en línea, Juegos desde el celular, entre otros.
8. LOS PULPINES: Están por toda la escuela cortejando chicas menores de su grado, ya que ellas van a caer más rápido en sus garras. Van al baño solamente a acicalarse, en su mayoría tienen bajas notas. También aprovechan las redes sociales para atacar o esperar que alguna chiquilla menor e ingenua caiga en sus tentáculos. Suelen escuchar reggaetón y música tropical.
9. LAS PULPINAS: Son las típicas estudiantes coquetas, aquellas que quieren atraer miradas de sus compañeros y causar envidia entre las chicas. Siempre paran contando que chico se muere por ellas, por esa actitud no les caen a la gran cantidad de sus compañeros. Les gusta salir en cada actuación a bailar, son figuretis por naturaleza, su reproductor de música tiene reggaetón y música tropical. La mayoría de ellas tienen bajas notas.
10. LOS NOVELEROS BESTSELLER: Son estudiantes que paran leyendo las obras más vendidas, su meta es leerse dos libros por semana (sea virtual o impreso), entre sus títulos están La saga de los “Juegos del hambre”, “Harry Potter”, “La Colección Blue Jeans” y hasta la peligrosa obra “After”. En su mayoría tienen muy buenas calificaciones.

11. LOS SKATERS, PATINEROS Y CICLEROS: Agrupa a los estudiantes amantes de los deportes extremos, a donde se dirijan siempre lo hacen con su tabla de madera con ruedas, patines o con su bicicleta (de preferencia  aro 20),  recorren toda la ciudad, a mi parecer son los futuros hipster.

VLADIMIR CARRION RAMOS

sábado, 25 de diciembre de 2021

Mis reflexiones educativas

Escrito en 2007

"Si empezáramos a cuestionar de una manera sólida la labor de algunos docentes de estos tiempos, mandaríamos al tacho todo su  trabajo  y  esto  se origina en no saber defender y enriquecer la profesión".

"Un maestro emprendedor es aquel que piensa en forma creativa e innovadora y arriesga con sus propuestas de enseñanza por el bien sus educandos".

"Es difícil cambiar el estilo pedagógico, pero no se puede negar que se le puede enriquecer".

"Un maestro de verdad no se puede dejar llevar solamente por la práctica, necesita obligatoriamente guiarse de la teoría".

"Ser docentes hoy no es fácil, tal vez nunca lo fue, pero como sabemos y sentimos en nuestros días, la profesión docente está en cambio constante, así que… manos a la obra".

"Toda mejora en el trabajo pedagógico parte de la curiosidad, donde tanto el alumno como el docente cuestiona, investiga y prueba la idea que atrapa el docente y la idea que atrapa al docente".

"Necesitamos un docente sugestivo y motivador hacia su lección, hacia el aprendizaje, que no recurra a la sumisión del aprendizaje por obligación".

"Un maestro que tenga más títulos no asegura que tenga un buen desempeño en sus funcione: esto depende de su capacidad de empatía, de emprendimiento y de su actitud".

"Me cuestionan mis colegas, pero mis educandos me admiran, allí está el detalle".

"Exigimos a los educandos que cambien, que mejoren, que atiendan, ¿pero acaso ellos nos exigen que innovemos, que cambiemos de metodología? Acaso no podemos cuestionar nuestra práctica pedagógica por mejora de ellos; si exigimos, exijámonos a nosotros mismos por el bien de los educandos y de nuestra profesión".

"Estamos obligados a superar la mediocridad recibida en las facultades de educación".

"Abramos los ojos y démonos cuenta de que hemos recibido una mala formación inicial y que debemos superarla".

"No todos son educadores, pero muchos son profesores y esos abundan".

"Trabajar en forma horizontal no quiere decir que el profesor pierda su jerarquía ya que él organiza y no manda: él dirige”.

"El docente tiene que convertirse en un ensayador de propuestas de aprendizaje-enseñanza y de estrategias autorregulatorias que deben mostrar en la práctica si funcionan o no".

"Un docente no puede ser predecible y rutinario, ya que sería un docente aburrido".

"Aunque nos duela, la formación docente ha sido mala, y el pretenderlo negar es como querer tapar el sol con un dedo".

"La creatividad tontamente se confunde con improvisación, a diferencia de esta última consiste en escoger la mejor alternativa dentro de un bagaje previamente analizadas".

"El docente está obligado a no repetir la jerga burocrática impuesta por las autoridades, por el contrario debe cuestionarlas".

"Si se quiere hacer un cambio, primero debemos cambiar la forma de pensar; esa es la verdadera capacitación o actualización profesional".

"Me dicen que nosotros los docentes solo dominamos supuestos y no teorías; eso sí que duele".

"El docente peruano es creativo porque de alguna manera sabe suplir la escasez de recursos y herramientas".

"Muchos piensan que lo que difícil es lo verdaderamente serio, pero no se dan cuenta de que lo verdaderamente serio es convertir lo difícil en fácil".

"Si una persona que ejerce la carrera de educación (nivel básico o superior) lo hiciera como un verdadero maestro comprometido con su labor, se daría cuenta de que es la profesión más difícil".

"Los burócratas educativos siempre relegan al profesor como un cumplidor de un programa curricular elaborado por ellos y nunca consideran su  capacidad de innovación y propuesta personal".

"Un verdadero docente nunca ha sido un transmisor de conocimientos;  por el contrario, él junta a sus alumnos en un papel social: el crear un nuevo conocimiento".

"La formación inicial del docente no es mala, lo malo es el menosprecio  a  su trabajo, lo cual hace que el docente  se estanque  y no supere la labor buena que hace hasta ahora; esto se debe a una mala evaluación de su trabajo, a un mal diagnóstico, lo que conlleva a  la destrucción de su autoestima".

"Una de las formas en que surge la creatividad educativa  es mediante el cuestionamiento continuo de la práctica docente. Es ahí donde surgen múltiples opciones  de estrategias".

"En estos tiempos difíciles es necesario que el docente enriquezca su estilo pedagógico con la de sus colegas, para solucionar sus dificultades en el aula".

"Una de las ilusiones de un verdadero maestro  es que sus alumnos sean mejores que él".

"Acuérdense maestros: el alumno hace lo que el maestro hace".

"En el Perú se estorba a la investigación y por lo tanto se teme al cuestionamiento".


Olor a maestro

 

OLOR  A  MAESTRO

(Adaptado de la  Escuela Virtual   para Padres, por Pbro. Santiago León Quiñónez)

Un alumno me dijo un día:“Maestro, como hueles agradable” y yo le dije:“Pero mi pupilo, ¿A qué puedo oler sino uso loción, ni perfumes? Con seguridad no huelo a nada”. Te equivocas maestro , hueles agradable, Hueles a maestro , me contesto con rostro sonriente. Esta respuesta me embarga de emoción Y me hace reflexionar. Es una respuesta hermosa, llena de amor y de ternura. Hueles a maestro ,Yo nunca había pensado en ese olor, no lo había llamado así, nunca supe definirlo, pero ahora se que es mi profesor huele dulcemente a maestro. Hueles a maestro cuando surcas las semillas del saber, cuando estas lleno de ternura, de amor, de cariño, de comprensión, de amigo, de facilitador, de intermediador. Hueles a maestro cuando le dedicas  todas tus energías enseñándoles , cuando no comprenden la sesión. Hueles a maestro cuando soportas sus griteríos, sus desinterés, su falta de ánimo, cuando les hablas de sus deportes favoritos Aunque tú no entiendes nada. Hueles a maestro cuando los reprendes a tiempo e  impones una disciplina dulce y firme. Hueles a maestro cuando sabes decir “Si” y cuando sabes decir “No”. Hueles a maestro cuando juegas con tus alumnos sin importante que pasó con tu arreglo,  cuando con ellos vuelves a ser niño(a) y compartes el juego con el trompo, la pelota, la bola. Hueles a maestro cuando con ellos  cantas y cuentas cuentos, cuando escuchas sus quejas y oyes sus problemas y te haces amigo. Hueles a maestro cuando alientas, animas consuelas en los momentos tristes y eres simpático con ellos. Hueles a maestro cuando das tu tiempo enseñándoles la lección. Hueles a maestro cuando te preocupas por mejorar y aprender a ser maestro, con humildad y sencillez las 24 horas del día. Hueles a maestro cuando les enseñas a potencializar aroma de virtudes humanos y cristianos. Hueles a maestro cuando les enseñas hacer el bien y a evitar el mal . Hueles a maestro  cuando eres  coherente  con lo que dices y haces. Hueles a maestro cuando le enseñas a perdonar y no a odiar. Mi alumno me dijo que yo olía a maestro y yo me siento muy feliz. Ojala todos los maestros tuviéramos siempre ese noble y dulce olor a maestro. 

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Creando y socializando conocimiento con las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento

 

 Ponencia relizada el 7 de diciembre de 2017- INFOPUC.

 Crear y socializando conocimientto con las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento

 


 


Usando una red social como plataforma virtual de aprendizaje

 
Ponencia realizada en la Clausura INFOPUC 2015



¿Qué es un profesor chévere?

 ¿Qué es un profesor chévere?

Por Vladimir Carrión Ramos ( escrito en el  2012)


Esa pregunta rondaba por mi cabeza desde hace años, el año 1999 un alumno me dijo que yo era un profesor chévere, yo le pregunté ¿por qué decía eso?, él sólo atino a decirme que yo era chévere y punto.
Le pregunté a un colega el porque los alumnos decían eso de mi, él me dijo que debía ser porque era condescendiente con ellos, esa respuesta no me llenó, me confundió más.
Le pregunte a otro colega sobre lo mismo y el me dijo que era chévere porque seguro regalaba puntos en los exámenes, otra vez quedé confundido.
Mi duda y confusión fueron creciendo busqué a otro colega y le hice la misma interrogante, él me dijo que seguro era porque era permisivo, mi duda y confusión crecieron más y aumentó mi preocupación por mi profesionalismo.
Han pasado 11 años, he recorrido muchos colegios y universidades como profesor y siempre escucho de mis alumnos la misma frase “Usted es un profesor chévere”, que con todas las respuestas de mis colegas de años anteriores me siento mal, que deseo ya no ser un profesor chévere.
Encontré a un profesor de mi formación universitaria y me preguntó porque me sentía mal por mi carrera , yo le conté lo sucedido y el me hizo interrogantes por mi forma de trabajar, si había cambiado desde que me inicié hace 16 años, yo le respondí que ahora era un docente cuestionador de mi formación profesional y que defendía mi posición pedagógica, era un docente que buscaba innovar , práctico y creativo, que cada año cometía menos errores con mis estudiantes y colegas, pero lo que no he podido desaparecer de mí era porque mis alumnos me seguían diciendo que era un profesor chévere. Él me dijo que yo había preguntado a las personas equivocadas, que las únicas personas que me podían dar la respuesta era aquellos que decían que yo era un profesor chévere.
Así que con la mente despejada le pregunté a un par de exalumnos porque decían que yo era un profesor chévere, ellos me respondieron que era porque cuando entraba al salón los recibía con una sonrisa, porque a cualquier problema que sucedía lo solucionaba con ellos mismos, porque los entendía y compartía sus cosas y juegos, porque los protegía y defendía ante cualquier critica de algún profesor, porque escuchaba cualquier opinión a pesar que este errada, porque me reía de sus bromas sin ofender a nadie, porque los escuchaba en sus cosas que podían haber sido tonterías, porque les devuelvo el saludo, porque cuando los regañaba lo hacia sin que se sintieran mal y porque nunca dejaba de sonreír.
Esa respuesta me puso un nuevo reto, que no debo dejar de ser un profesor chévere y que debo ser un profesor más humano, intentando imitar a los maestros que dejaron huella, y que cada alumno tiene un futuro y eso se construye en el presente. Gracias por decir que soy un profesor chévere.


Escuelas de la crueldad

 Cada vez se difunden más casos de niños y niñas que son sistemáticamente golpeados y humillados por sus propios compañeros de clase. Ocurre dentro y fuera del aula, ante la mirada cómplice de otros alumnos que parecen disfrutar de la violencia, y a menudo frente a maestros que prefieren dar la espalda a la agresión, guiados por un arcaico y perverso dogma : “Mejor no te metas. Cada chico tiene que aprender a defenderse solo”. Aquí algunos testimonios –nada edificantes– de lo que ocurre en las aulas.

Por Karen Espejo

Imagine que tres compañeros de clase obligan a su hijo a salir del salón. “Vas a ver lo que te pasa”, lo amenazan y lo hacen avanzar a empujones hasta el baño más cercano. Imagine que dos chicos lo sujetan de los brazos, mientras el líder del grupo le baja los pantalones con violencia. “¡Tienes un hueco en el calzoncillo!”, le gritan y estallan en crueles carcajadas que destrozan sin piedad la autoestima de su hijo. Imagine ahora que estos jovencitos completan la humillación de su pequeño forzándolo a pasear en ropa interior por los pasillos de la escuela, ante la vista indiferente de alumnos y profesores. Todos se divierten, menos su hijo, quien camina semidesnudo, con la cabeza gacha y el corazón herido.


Lamentablemente, el estudiante “imaginario“ de esta nota sí existe. Es de carne y hueso. Se llama Elías, tiene 13 años, cursa el tercero de secundaria en un colegio estatal de San Juan de Lurigancho y desde hace ocho meses es víctima de bullying, término anglosajón cuya traducción literal es “matonería escolar”. Este fenómeno social se caracteriza por el sometimiento de una persona sin motivo alguno y la intencionalidad de herirla en público durante meses o años, lo cual explica el infierno que vive Elías en la escuela. El muchacho ha sido bautizado por sus hostigadores como “basura”, insulto que acompañan soltando gases cerca de él u ocultando trapos sucios en su mochila. Tiempo atrás, los mismos “amigos” le bajaron el pantalón y el calzoncillo para exponerlo ante chicos de otras promociones, y una semana antes lo presionaron para recorrer las aulas usando una peluca de mujer. Todas las veces, Elías lloró avergonzado, suplicó que lo dejaran tranquilo, pero nada detuvo las burlas. Peor aún, como ocurre en el 65% de los casos, ninguno de los alumnos que observaba las humillaciones se atrevió a defenderlo por temor a ser atacado del mismo modo.

Como Elías, el 47% de escolares peruanos de primaria y el 51% de secundaria sufren bullying, según estudios dirigidos por Miguel Oliveros, investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. ¿O acaso usted, lector, nunca ha oído hablar de casos similares a este? Tome en cuenta que el hostigamiento escolar puede empezar incluso en el nido y va desde menospreciar públicamente al compañero, ponerle apodos y discriminarlo, hasta golpearlo, amenazarlo con navajas y armas de fuego, por periodos persistentes. ¿A quiénes agarran de “punto”? Pues mayormente a los que tienen alguna diferencia física, étnica, de comportamiento o de condición social, como ser más gordo, más andino, más tímido o más pobre que el resto. El gran “pecado” de Elías, por absurdo que suene, es ser más estudioso y ordenado. Por eso, el muchacho llegó al punto de bajar su rendimiento para parecerse a sus agresores, en un vano intento por liberarse del maltrato.

Violencia desde la red

En el caso de David, de 14 años, el acoso vino desde el ciberespacio. A sus compañeros de un colegio privado de Lima les molestaba tanto que tuviera más dinero que ellos que decidieron inventar un desalmado chisme virtual. “¿Saben por qué el papá de David nunca asiste a las reuniones escolares? Dicen que está de viaje, pero la realidad es que está preso en el penal de Lurigancho por violar a una menor. ¿Y saben a qué se dedica su mamá? Nada más y nada menos que a la prostitución. Para prueba les enviamos fotos. Por favor, reenviar a sus contactos”, difundieron los hostigadores anónimos de David, en mails masivos que adjuntaban fotomontajes de su madre con el cuerpo de una actriz porno. Luego circularon imágenes trucadas de él acariciando los genitales de otro adolescente y comenzaron a acosarlo con mensajes al celular y frases como: “sabemos dónde estudia tu hermana, la haremos mujercita en cualquier momento”.

Durante el medio año que duró el hostigamiento, David desconfió hasta de su mejor amigo y se fue aislando de sus compañeros de colegio y del barrio. “El ciberbullying es aún más peligroso y se hará más grande con los años porque los muchachos tienen cada vez más acceso a la tecnología sin supervisión de un adulto. Si en el bullying el chico pasa el papelón cinco veces, en el ciberacoso se amplía a 50, puesto que las imágenes se transmiten a más personas y más veces en el tiempo. Esto genera en la víctima un clima de inseguridad dentro y fuera del colegio”, afirma Lupe García, decana de la facultad de Psicología de la UNMSM e investigadora de estos temas desde hace cinco años.

El bullying nunca termina

Eso sí, advierte la psicóloga, las secuelas que dejan tanto el bullying como el cyberbullying “no acaban en el centro educativo ni son simples cosas de niños”. Según sus estudios, las víctimas de la matonería escolar quedan marcadas por la baja autoestima o se pueden convertir en hostigadores de personas de menor rango que ellos. Existen incluso cifras ocultas de bullying como causales de depresión o suicidios; y, según Devida, es también un factor precipitante para el consumo de drogas.

Los agresores, por su parte, reafirman que la violencia es el mejor medio para imponerse ante el resto y tienden a lastimar a sus parejas e hijos o, peor aún, pueden volverse psicópatas e involucrarse en actos delictivos. Finalmente, los alumnos que fungen de testigos mudos del acoso se vuelven insensibles ante esta violencia y la repiten en todas las esferas de sus vidas. ¿Acaso no está claro que estas huellas indelebles hacen germinar chicos violentos e inseguros? En abril, Joel Bravo Flores, un niño de apenas siete años, fue asesinado a golpes por dos de sus compañeros del colegio San Jerónimo de Chonta, en Huánuco. Sus victimarios dijeron que era muy estudioso. Y Clinton Mayller, de 14, aún se recupera en la cama de un hospital limeño, luego de quedar parapléjico por la golpiza que le propinó un compañero que le enrostraba sus rasgos andinos. En Brasil, Bolivia y Chile ya se aplican programas contra el bullying y se difunden campañas dirigidas a alumnos y docentes.

Nuestra realidad, en cambio, es absolutamente permisiva. La mayoría de colegios privados temen perder alumnos y sus directivos prefieren ocultar estos ataques, antes que salir en defensa de la víctima y sancionar al agresor. Lo mismo ocurre en los colegios nacionales donde muchos maestros ”cierran los ojos” ante las agresiones, a pesar de que ocurren en el salón de clases.
¿A qué magnitud deberá llegar el bullying en los colegios de Lima y del interior del país para que maestros y directores decidan frenar la crueldad desatada en las aulas?

Alerta

Si tu hijo se resiste a ir a clases, baja su rendimiento escolar, se siente decaído, llega a casa con lesiones, heridas o con el uniforme y los útiles dañados, puede ser víctima de bullying.

Para mayor orientación llama a la Fundación de Ayuda al Niño y al Adolescente en Riesgo (ANAR) a la línea gratuita 0800-2-2210.

Actores del bullying

1. Agresor o bully (proviene de hogar violento o carece de afecto)

•Directo: quien golpea, insulta o humilla.
•Indirecto: quien planifica bajo la sombra el siguiente ataque.
•Indirecto: quien estimula con palabras el ataque del agresor.

2. Víctima

•Reactiva: quien al principio intenta defenderse. Luego de unos cuatro ataques se vuelve víctima pasiva.
•Pasiva: no se defiende. Suelen ser hombres.

3. Observadores (sin ellos no existiría el bullying porque ellos reafirman el poder del agresor)

•Culpabilizado: siente pena por la víctima, pero teme intervenir.
•Indiferente: no se mete porque el ataque no es contra él.
•Amoral: admite que el más fuerte es el que se debe imponer.

En defensa del metalero

 

En defensa del metalero

Rob Halford, voz de la legendaria banda de heavy metal Judas Priest, llegó la semana pasada a Lima para ofrecer un concierto como solista. Su eléctrica presencia es un buen motivo para trazar un perfil del metalero peruano, ese rockero que gusta de la música extrema y usa púas de metal. ¿Es un alma poseída por el maligno o un melómano de oídos resistentes?

Por Ghiovani Hinojosa

Metalero. Dícese del sujeto desgreñado que martilla sus oídos con música estridente; del joven que, tras haberse fumado unos cuantos porros de marihuana, embiste a sus pares en un ritual de violencia colectiva conocido como pogo; del que no milita en la Población Económicamente Activa (PEA), gasta sus minúsculos recursos en entradas a conciertos y discos y rinde secreta pleitesía a Satán. Por definición, se trataría de un antisocial, alguien que desprecia a todo el mundo. Este es el concepto que muchos guardan en sus diccionarios mentales del fan del rock duro. Se trata de un estereotipo que lo estigmatiza, que no considera, por ejemplo, que los brazaletes con púas en sus brazos sirven para que se sienta un guerrero y no para rasgarle la cara a alguien. El metal es una subcultura que atrae cada vez a más jóvenes en el país, muchos de los que no visten las fachas típicas del clan y son personas metódicas. De allí que sea necesario conocer sus códigos y su historia. Pero no con sesudas definiciones enciclopédicas, sino con los propios testimonios de sus cultores.

Se aprende historia

Benno Kleeberg lleva doce años vendiendo discos en Galerías Brasil, algo así como el Edén para los fanáticos del rock (por su variada oferta de música, ropa y accesorios). Aún recuerda el día de 1988 en que quedó envuelto por el ritmo trepidante de Twisted Sister, una de las bandas emblemáticas del heavy metal. Tenía 11 años y observaba el televisor. Entonces, anotó frenéticamente el nombre del grupo y de la canción en un papelito y convenció a su papá para correr a la tienda Scala y comprar su primer long play. Desde aquella adquisición, no ha parado de buscar música: sus tímpanos conocen casi de memoria todos los álbumes de Judas Priest y Iron Maiden, las bandas pioneras del heavy en los 70s y 80s. Ese es uno de los rasgos característicos del metalero: una pasión desbordada que gatilla un coleccionismo afanado.

Hoy llegan hasta el stand de Benno papás como el suyo con chiquillos que le recuerdan a él. Una oleada de adolescentes de entre 14 y 18 años que no solo adquieren discos originales o piratas (los primeros a un promedio de 50 soles y los segundos, a cuatro), sino que se compran polos negros con portadas de discos y fotos de sus bandas predilectas. A esta edad uno necesita gritar sus gustos, decirle al mundo que es metalero. Pero, contrariamente a lo que suele ocurrir con otras modas, la adhesión al rock duro suele ser perdurable, e incluso puede dotar de una filosofía de vida a sus seguidores. Allí está el buen Benno, con su mirada ruda y su postura de guerrero agarrotado, defendiendo el género con amor. “La cumbia te habla de cachos, cachos y cachos. En cambio, el heavy metal no te habla de tonterías sino de cosas reales, épicas; te cuenta la historia de Alejandro El Grande, Gengis Khan, conquistadores, castillos, magos, todo muy bien narrado”, dice.

El rock pesado se ha caracterizado por abordar problemas de la vida cotidiana –la discriminación y el desempleo, por ejemplo– y rescatar historias (Bruce Dickinson, vocalista de Iron Maiden e historiador de profesión, ha compuesto canciones históricas como “Alexander the Great” y “Aces high”, que habla de un combate inglés). Incluso, una vertiente conocida como power metal ha acentuado esta tendencia creando relatos épicos, héroes medievales y cantos de victoria. Así, bandas como Stratovarius, Rhapsody y Hammerfall, surgidas en los 90s, llaman en sus canciones a la alegría, al optimismo y a la perseverancia. Nada más alejado de la etiqueta de ‘depresivo-violentista-fumón’ que algunos colocan a todos los metaleros. Más allá de la desidia de los críticos, una posible explicación a esto es que el metal en general se ha hecho de una mala reputación por sus versiones más extremas: el death y el black metal. Los aullidos guturales y ensordecedores de los vocalistas de estos subgéneros son comúnmente considerados representativos del metal, cuando en realidad forman parte de una pequeña rama de este.

Sobre la vestimenta metalera, Benno Kleeberg es radical: “El que se siente bien con el pelo largo, bien; el que siente bien con el pelo corto, bien. Lo importante es lo que uno lleva en el corazón. Yo tengo amigos que trabajan en terno y pelo corto y les gusta mucho el metal. Si yo uso cabello largo es porque me acomoda y me gusta; no es ninguna regla o disciplina”. La pregunta obvia es: ¿si es algo tan personal por qué hay stands repletos de indumentaria metal en Galerías Brasil? ¿Acaso las casacas de cuero y el cabello largo no son el signo distintivo de esta colectividad? La investigadora en semiótica de la cultura Mihaela Radulescu responde a estas preguntas en un recuadro adjunto. ¿Qué hacen los metaleros cuando se reúnen? Benno nos responde: “Tengo un grupo de amigos metaleros, y eso no quiere decir que seamos malos y rompamos la ciudad. No. Nos sentamos a comer un chifa, nos tomamos unas cervezas y se acabó. Somos personas normales. Hablamos no solo de música sino de política, de todo. A veces hemos tratado de ser amigos con otras personas, pero no se puede porque te paran señalando”.

Juan “Pus”, voz y guitarra de la banda Gore, también se siente señalado, aunque menos que hace un par de décadas. Seguidor de una vertiente extrema del metal conocida como brutal death, es, contra lo que se puede esperar, un sujeto apacible. La imagen que ofrece de sí mismo, brutal, agresiva, contrasta con su verbo amigable. “Todos los metaleros tienen look de guerreros: aparentan ser fortachones. No es necesariamente que sean violentos, es solo una cosa visual”, explica. Juan denuncia una mentalidad pacata en el país, por ejemplo, frente al cabello largo. “Aquí falta que alguien diga ‘ese chico tiene pelo largo, pero es estudioso’”. En el Perú, dice, aún no hemos aprendido a poner la apariencia debajo del mérito. Sin embargo, estamos camino a hacerlo. “Antes era peor. Cuando iba por La Colmena para comprar cassettes con mis amigos en los 80s, salían los estudiantes de la Villarreal en tumultos y nos jalaban el pelo. Una vez me pegaron un chicle. La policía me paraba a cada rato en la calle, me pedía documentos, decía que era drogadicto, vago, fumón”, recuerda Juan con cierta amargura.

Hermandad de púas

Hoy la movida metalera capitalina se reúne en tres bares principales: Krypto, Nuclear y Nosferatu. Allí se junta a intercambiar material musical y a comentar los conciertos de bandas extranjeras, cada vez más frecuentes en Lima. “La hermandad metalera es tácita, está allí sin que nadie la mencione”, asegura Alberto “Búho”, fan del rock duro desde la adolescencia y profesional de la traducción y de los créditos bancarios. Él lo sabe de primera mano: hace tres meses unos hampones lo asaltaron en la Plaza San Martín, y cinco jóvenes metaleros se acercaron a defenderlo. “Sufrí algunas heridas en el ojo; si no fuera por ellos hubiera acabado peor”, cuenta.

“El metal es fuerza; es como si fueras a la guerra todos los días; estás equipada con tu armadura y tu música”, dice Sofía Alva, una de las vendedoras de accesorios en Galerías Brasil. “La música se mete a tu cabeza, la sientes y lo único que puedes hacer es moverla; estás botando los problemas que has tenido. Esto no pasa con los poseros, quienes adoptan la pose del metalero pero que no la sienten. El metal te da momentos inolvidables, los conciertos, algo que no te quita nadie, que te llevas a la tumba”. Metalero(a). Dícese del sujeto extremadamente apasionado que, sin importar si es pelucón o desenfrenado, ama el rock duro.

ALMA DE GUERREROS

Mihaela Radulescu
Investigadora de semiótica PUCP


 

Casacas de cuero, polos negros, pantalones apretados y cabello largo remiten a una figura renovada del guerrero, parte de un clan privilegiado. Es una visión del mundo centrada en la dinámica ritual de la violencia, como marco para demostrar el valor personal y del clan, más allá de las convenciones reales, volviendo a los supuestos valores intrínsecos del guerrero: es bravo, libre, atrevido y activo. Los enfrentamientos pueden ser representados o actuados en los conciertos. El cuero y el metal punzante remiten directamente a la indumentaria originaria del guerrero, que lleva encima el trofeo de su proeza (el cuero) y su arma (el metal punzante). El pelo largo remite a las imágenes épicas de los guerreros antiguos, asociado a su libertad y dinamismo. Todo el diseño indumentario activa representaciones canónicas de guerreros, héroes, hasta dioses, de épocas remotas, que descienden a la actualidad de panteones bien nutridos. Una especie de actualización de rasgos paganos, centrados en el valor del ser y hacer en el mundo y no en la aceptación obediente de un orden que poco espacio asigna al ser humano.

Los maestros

 "Los buenos profesores se muestran necesariamente autónomos en su juicio profesional. No necesitan oír lo que han de hacer. No dependen profesionalmente de investigadores o de directores, de innovadores o de supervisores. Esto no significa que no acepten el acceso a ideas concebidas por otras personas en otros lugares o en otras épocas. Ni tampoco rechazan el consejo, el asesoramiento o la orientación. Pero saben que ideas y personas no ofrecen una gran utilidad si no se las asimila hasta el punto de quedar sometidas al propio juicio del profesor”
Stenhouse, Lawrence. (1985)